Después de pasar 2 noches en la Costa Oeste del país visitando los alrededores del Parque Nacional Marino Ballena y el Parque Nacional de Manuel Antonio, decidimos ir en busca del sol y la playa en la costa opuesta del país y volver a nuestro querido Caribe Sur, en Puerto Viejo.

El camino era largo, unas 7 horas en coche, así que decidimos hacer una parada intermedia para estirar las piernas y la mente.

Decidimos visitar el Parque Nacional Los Quetzales, ya que estaba dentro de nuestro itinerario sin desviarnos mucho. Este parque está ubicado entre los pueblos de San Gerardo de Dota y Providencia, en la Cordillera de Talamanca y en la cabecera de la cuenca del río Savegre, en el área de conservación Pacífico Central en la provincia de San José.

Los Quetzales es el parque nacional más nuevo de Costa Rica, por lo que algunos proyectos siguen incompletos y la dotación de personal es limitada. A parte del centro de visitantes y el estacionamiento, no hay instalaciones en el parque para turistas.

Nosotros no íbamos a hacer ninguna ruta por el parque, ya que era día de recorrido en coche, así que nuestra intención era comer por allí e intentar ver algún Quetzal despistado (como si eso fuera tan fácil, aunque habíamos leído que verlo en este parque era mucho más probable que en Monetverde) Pero lo que allí vimos nos gustó tanto, que si en vuestra ruta disponéis de muchos días para recorrer el país, es un punto en el que yo me plantearía pasar unos días.

Como hemos dicho, nosotros no hicimos ninguna ruta por el interior del Parque, sino que estuvimos por sus inmediaciones, donde encuentras sodas, restaurantes y hoteles, así que no tuvimos que pagar entrada, pero aquí os dejamos información del parque.

Horario: Todos los días de 7:30 a 15:30h

Tarifas: 10$ los adultos y 5$ los niños. Puedes pagar con tarjeta de crédito, pero en su página no especifican si te cobran recargo por usarla como pasa en muchos parques de este país.

Rutas:

• Sendero Circular:  Se encuentra inmerso en el bosque nuboso. El sendero es de tipo circular, con una distancia de 400 metros, para un tiempo de recorrido de aproximadamente 30 minutos. La composición de la base del sendero es de sustrato natural, presenta una inclinación máxima de 20% y es utilizado principalmente por Ornitólogos.

• Sendero Ojo de Agua: Se encuentra inmerso en el bosque nuboso. El sendero es de tipo lineal, con una distancia de aproximadamente 2 kilómetros, para un tiempo de recorrido de aproximadamente 2 horas. La composición de la base del sendero es de sustrato natural, presenta una inclinación máxima de 40%, utilizado principalmente por grupos de estudiantes en sus giras educativas para la observación de la flora y fauna de la zona.

• Catarata Río Savegre: En San Gerardo de Dota. Buscando información he encontrado un Blog en el que explica la ruta muy bien y con unas fotos estupendas. Visitadlo 😉  https://quebuenlugar.com/lugares/catarata-rio-savegre-san-gerardo-de-dota/

Un inciso importante es que la carretera es muy estrecha, con cuestas muy pronunciadas, y mal asfaltadas, pero no imposibles. Aún así, tuvimos un percance con nuestro coche.

Quisimos dejar espacio para que pasara un camión de obras que venia en sentido contrario, apartándonos de la zona asfaltada hacia parte de lo que era bosque, con tan mala suerte que una de nuestras ruedas quedó suspendida en el aire, así que el coche se quedó allí encallado, sin posibilidad de moverlo, así que después de sacar nuestra parte más ingeniosa y ver  que no servía de nada, optamos por subirnos al coche de una amable pareja que pasó por allí en busca de un restaurante u hotel con un teléfono para llamar a asistencia en viaje (allí no teníamos cobertura en los móviles)

Finalmente vimos la obra de la que había salido el camión al que tan amablemente habíamos dejado pasar y por el que nos encontrábamos en aquella situación, hablamos con los trabajadores y en 10 minutos, se habían subido 5 trabajadores a una furgoneta, habían llegado hasta donde estaba nuestro coche y a pulso lo habían sacado de donde se había atascado. No me cansaré de  decir que gente de Costa Rica es súper amable y servicial.

Así que después de haber perdido una hora de nuestro valioso tiempo para estirar las piernas y ver Quetzales nos encontrábamos de nuevo en nuestro coche adentrándonos en las inmediaciones del parque.

Tuvimos la suerte de encontrarnos con el Café Kahawa, un lugar precioso, con unos zumos naturales de escándalo y unos sandwiches que nos revivieron el cuerpo. Allí decidimos almorzar y después de hablar con las camareras y contarles nuestra odisea, nos dijeron que no estaba todo perdido, y que aún había posibilidades de ver al Quetzal.

Su recomendación fue que nos dirigiéramos hacia la Soda Doña Marlen, y allí le pidiéramos al dueño, que nos guiara por sus campos para que pudiéramos ver algún Quetzal, ya que este hombre tenía árboles de aguacatillo y a medio día se acercaban allí a comer.

No teníamos nada que perder, así que pusimos rumbo a la Soda Doña Marlen, que estaba muy cerca de aquel café y efectivamente, su dueño se prestó amablemente a hacernos un tour por sus campos de cultivo y ver si había suerte.

Y vamos que si la hubo! Allí estaba el Quetzal, esperándonos, tranquilo en su árbol y dejándose fotografiar por nosotros. El dueño de la soda también nos enseñó los frutos que cultivaba y nos dio a probar varios de ellos, cuando terminamos, muy agradecidos le dimos una propina, ya que el hombre no nos habló de que nos quisiera cobrar en ningún momento.

He  de decir que la Soda Marlen es súper recomendable, estaba llena de gente y los platos que allí vimos tenían una pinta increíble. También tienen alguna que otra habitación para hospedar a turistas.

Así que con la barriguita bien llena, y el corazón contento de haber visto al escurridizo Quetzal, pusimos de nuevo rumbo a nuestro querido Puerto Viejo.

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